Otro drama de los duros, de los de llorar, de los de sufrir. Otra adaptación cinematográfica de un bestseller juvenil en el que un primer amor y un cáncer sin freno marcan el lacrimógeno guión de una historia insistentemente manipuladora a la hora de jugar con la emotividad de la temática que sustenta este romance dramático. Ol Parker dirige «Ahora y siempre», quizás un título demasiado imperfecto y al que le hará gran sombra «Bajo la misma estrella», una cinta ya en cartel cuyo éxito de crítica y taquilla se debe muy mucho a la narración y a las interpretaciones de sus protagonistas, algo que esta no tiene aunque quiera tenerlo.
Dakota Fanning – que hace lo que puede – da vida a Tessa, una adolescente con cáncer con fecha de caducidad que con ayuda de su mejor amiga – la típica entendida de la vida que acaba con bombo antes de cumplir la mayoría de edad, por eso, porque es una entendida de la vida- atraviesa una etapa en la que, como toda teenanger, mantiene una tensa relación con sus padres y hace un poco lo que le place porque dada su situación todo tiene justificación. Durante ese proceso de realizar ese listado de «cosas que hacer antes de morir» conoce a su nuevo vecino, un guaperas de cuidado, un chico mono y adorable al que da vida Jeremy Irvine – quizás el elemento más salvable de la película- con quién vivirá un romance evolucionado a trote moche, por eso de la irremediable visita de La Parca. Con momentos idílicos, con momentos algodonados más de risita que de suspiro, con ese remember a «War Hourse», con esos cuqui paisajes «Ahora y siempre» es una propuesta para un público joven que se deje contagiar por este amor en presente y con cuya última exhalación, un «siempre» punto final.