Pierre (François Cluzet) lleva quince años casado y tiene dos hijos. Ama a su mujer y se siente realizado como padre. Es un hombre satisfecho. Una noche conoce a Elsa (Sophie Marceau), con quien compartirá charlas, risas y bromas. Pero Elsa tiene como regla de oro no liarse con hombres casados y Pierre, por su parte, quiere permanecer fiel a su esposa. Dos semanas después se vuelven a encontrar por casualidad y volverán a sentir una fuerte tracción. Será en ese momento cuando sus fantasías comiencen a mezclarse con la realidad.
Las vidas de una mujer separada que atraviesa un gran momento de éxito profesional y la de hombre felizmente casado y enamorado de su mujer olvidarán todo aquello que prometieron no hacer en cierta ocasión para dar rienda suelta a una atracción difícil de controlar. Los encuentros marcados por las casualidades y la fuerte química despertada en ambos desde el primer cruce de miradas perfila este reencuentro de un amor vivido como si fuera el primero pero con la experiencia propia de la madurez. Excepcionales Marceau y Cluzet, los colores y la musicalidad de este film galo lo hacen visualmente muy atractivo y narrativamente una gran conjunción inteligente de planificación y realización que configura una propuesta cinematográfica admirable y elogiable.