Exquisita. Entre el brillante trabajo de su director y el de su reparto, cargado de rostros conocidos, «El hombre más buscado» resulta un destacable título de espías que sin ser pretenciosa su resultado te sumerge en una misión en la que tu mente se mantendrá en activo con afán de involucrarse en ella. Tomando como punto de arranque la novela homónima de John le Carré, Anton Corbijn dirige una adaptación apasionante, cuyas tramas, subtramas y excepcionales personajes construyen una equilibrada narración de silencios determinantes bajo el gélido vaho de la ciudad portuaria de Hamburgo.
Un presunto yihadista hará dar la voz de alarma de la inteligencia estadounidense al gobierno alemán, provocando una misión con ambos mandos involucrados con el afán de dar con la verdadera identidad de un torturado inmigrante checheno-ruso que llega a la ciudad alemana con el objeto de reclamar la fortuna de su padre. Con el papel determinante que juegan las apariencias y los estigmas de una sociedad atormentada por hechos tan atroces como el 11S, el joven se convierte un títere para unos y otros durante una investigación cuya recopilación de pruebas llegarán a determinar si es víctima de unos o verdugo de otros. Una cinta cuyo gran reclamo recae sobre un nombre: Philip Seymour Hoffman. El fallecido actor da vida a un alto cargo de la inteligencia alemana del que no se conoce nada de su enigmático, pero sí de su presente bañado en alcohol. Un último papel protagonista que sentencia a Hoffman como una bestia interpretativa que consigue dar grandeza a un perdedor a través de un trabajo cargado de naturalidad. Junto a él, un sorprendente y convincente Grigoriy Dobrygin, una madura Rachel McAdams y un quinteto de destacables secundarios: Robin Wright , Willem Dafoe, Homayoun Ershadi, Mehdi Dehbi y Daniel Brühl, configuran un film de género magnífico.